A lo largo de mi experiencia como
Orientadora Profesional, he conocido a una gran variedad de personas y a una
gran variedad de buscadores de empleo. Me pregunto si hay algo que los
caracteriza. En principio sí, a todos les movió una razón, un motivo para solicitar
Orientación Laboral. Pero, ¿todos buscaban lo mismo, tomaban en cuenta las
recomendaciones y las ponían en práctica?.
Ahora
vivimos un momento muy difícil para el empleo, caracterizado por una fuerte
crisis sin precedentes bañado de un halo de incertidumbre, de desánimo, de
desesperación en muchos casos, y de muchas más características que podríamos
encontrar.
Pero,
¿qué nos mueve a las personas?, ¿qué hace que tomemos unas decisiones u otras?.
O quizás la pregunta que debería formular es: ¿Nos paramos a pensar, a
reflexionar antes de tomar una decisión o antes de decidir no hacer nada?.
Las
grandes ideas surgen de personas que se han parado a pensar, a reflexionar.
Reflexionar sobre su situación, sobré qué debe hacer para que su empresa sea
más competitiva, qué estrategia trazar para ser mejor profesional, pensar qué
pasos serían los correctos para buscar empleo, cómo debería reinventarse para
encontrar empleo si su profesión actual se ha quedado obsoleta, y un largo
etcétera.
No
estamos acostumbrados a pensar, el
sistema educativo no está diseñado para que pensemos por nosotros mismos, para
que seamos únicos, para que seamos creativos. Hemos crecido en un entorno
homogéneo en el que sólo muy pocos se atrevían a destacar, y para los demás,
que alguien destacara era algo extraordinario.
Ahora necesitamos cambiar el sistema y
pensar por y para nosotros mismos, salirnos de la norma, buscar alternativas.
¿Qué sería de nuestra sociedad si estuviera plagada de gente creativa,
innovadora, sobresaliente y brillante, acostumbrada a pensar fuera de la norma
y con iniciativa?.
Invito a la reflexión.
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